P20: Mi regalo de Día de Reyes

¡Qué rico que conectes conmigo! En la publicación 19 compartí los dos rituales que llevo a cabo para comenzar el año. Esos rituales me permiten estar en sintonía con las lecciones que he recopilado a lo largo de mi vida. Es verdad que, en muchas ocasiones, vivo experiencias en las que aprendo algo, pero no logro anclarlas lo suficiente para retenerlas. Es como con la nutrición. Uno sabe que tomar refrescos no es beneficioso a la salud y aun así tomamos ese refresco. A lo que voy con esto es que es normal para nuestro cerebro guardar aquellas cosas de mayor impacto que otras.

Los otros días, viendo mis memorias en Facebook, encontré un escrito que le había dado share en enero de 2015, que había publicado en febrero de 2014 titulado “Cartas a mis amigos… mis verdaderos amigos”. En este, escribí sobre cómo me sentí ante la sorpresa de amistades por haber decidido irme un fin de semana sola a este lugar en Utuado, que ahora no recuerdo su nombre, soy sincera, pero que era un lugar tipo retiro, metido entre las montañas. El lugar tenía cabañas sin televisión ni radio y una hamaca en el balcón. Además, tenía un comedor, una cabaña de masajes y un salón de meditación. Nunca olvido ese fin de semana en el que me fui a desconectar y estar conmigo. En un extracto de esta carta, escribí:

“Quería escapar de la vida cotidiana, de la rutina, de todo… Quería estar sola, pero no la soledad a la que estoy acostumbrada, sino una soledad distinta. Una soledad donde pudiera disfrutar de mí, encontrarme otra vez, reconectar con Dios, volver a mi entorno, abrir los ojos nuevamente, despertar… Para mis amigos religiosos, saben que no soy religiosa en el sentido de alguna denominación. Si creo en que hay un Ser Divino, y mi conexión con ese ser espiritual se encuentra en el mundo, en cada rincón, en las personas, en la naturaleza. Lo que pasa es que la rutina, el día a día, nos hace olvidar y romper esa conexión. No necesito ir a la iglesia a buscar eso. Necesitaba estar aquí, entre medio de la naturaleza, donde sólo se escucha el sonido de los pájaros, del viento dando contra las ramas, del agua corriendo… En fin… Tampoco necesitaba desconectarme del mundo, como muchos insistieron. Es imposible desconectarse del mundo, sino no se vive. Además, no iba a enclaustrarme en un monasterio, solamente necesitaba un cambio de escenario.”

Ese fin de semana me hizo recordar lecciones importantes. Lecciones que ahora vuelvo a recordar y reconozco que ahora están más ancladas que nunca. Siempre estamos en procesos de madurar y crecer, como siempre estamos en procesos de transformación y cambios.

De todas las lecciones, esa es la más importante. Entender y aceptar que tenemos las capacidades para transformar nuestros espacios, escenarios, energía, pero, sobre todo, que tenemos la capacidad de transformar nuestra salud. No en balde era necesario para mí, en aquel momento, escapar, aunque fueran dos días y tres noches. Con esa pequeña aventura provoqué un descanso a mi mente para permitir regenerarla hacia algo mejor.

¡Hoy es Día de Reyes! Además de ser una historia basada en el Evangelio de San Mateo en la Biblia, los Reyes Magos han pasado de generaciones a través de su magia, y traen consigo lindos rituales, como recoger grama para los camellos.

Los Reyes Magos – de nombres Melchor, Gaspar y Baltasar – también eran conocidos como los Sabios de Oriente. Eran astrónomos y sabios que, según la tradición, fueron guiados por una estrella brillante (la Estrella de Belén) para encontrar al niño Jesús, quien había nacido en Belén. Cuento largo, corto, los Reyes Magos observaron una estrella inusual en el cielo y decidieron seguirla, ya que creían que señalaba el nacimiento del Rey de los Judíos. La estrella los guio hasta Belén, donde encontraron al niño Jesús con su madre María. Le ofrecieron tres regalos: oro (símbolo de realeza), incienso (símbolo de divinidad) y mirra (símbolo de sufrimiento y muerte).

A lo mejor no todos tenemos dotes de astronomía, yo no la tengo, pero si somos sabios en nuestra propia realidad. Esa sabiduría es la que te permite decidir una cosa sobre otra, o tomar un camino distinto, o hacer cambios en tu vida. Eso no significa que la sabiduría garantizará resultados, solo significa que te sientes con la confianza suficiente de continuar con esa decisión o el camino escogido, como hicieron los Reyes Magos al seguir una estrella extraña porque creían que los llevaría al Niño. Es solo mientras vas moviéndote y accionando en tu decisión que descubres los momentos reveladores y las mejores lecciones de vida.

Te comparto mis lecciones de vida hasta el momento. Muchas de estas lecciones las aprendí, las olvidé, las vuelvo a recordar, las modifiqué con nuevas lecciones, y ahora tengo la certeza suficiente de que están ancladas en mí.

  1. Las cosas pasan por algo, y ese algo es mucho mejor. Lo que sea que haya pasado es para mí, no contra mí.
  2. Yo soy la única que decido qué camino tomar. El destino lo escribo yo.
  3. Las piedras en el camino son parte de la vida. Está en uno ser valiente y cruzarlas o quedarse atrás. Prefiero ser valiente, aunque tenga miedo.
  4. Dar marcha atrás no significa regresar al pasado. Sólo significa que tomé la ruta equivocada y debo cambiar de dirección. Esto no debe frustrarme; debe alentarme a continuar con mi meta.
  5. Detenerme no es rendirme, es pensar las cosas, tomar decisiones y continuar el rumbo.
  6. El miedo es solo una parte de mí, que convive con muchas otras partes de mí. Cuando esas partes de mí me dicen que no puedo hacerlo, simplemente les digo que no tengo problema en que me acompañen, siempre y cuando caminen detrás de mí.
  7. La fe es mi mejor aliada. Fe de que todo saldrá bien y que nada ni nadie me detiene. La fe se activa con valentía y coraje, y la abundancia se activa con fe.
  8. Si estoy caminando en círculos y vuelvo al lugar de origen, estoy en mi zona de comodidad. Eso requiere evaluar mi propósito y decidir otra ruta para continuar.
  9.  Si miro atrás veo que he logrado todo lo que me he propuesto y siempre termino victoriosa, entonces, ¿por qué dudar del camino que actualmente recorro?
  10. Esta bien y es seguro preguntar por lo que necesito.
  11. Ensaya y experimenta; es la prueba y el error lo que te hace crecer, aprender y modificar para ser mejor persona todos los días.
  12. Cuando decides romper un patrón, a cierto nivel, llama a otros a cuestionar los suyos. Siempre di que sí a lo que verdaderamente deseas y se alinea a tu propósito, a tus objetivos y metas, aunque no haga sentido para los demás. Esa última lección es nueva y espero siempre tenerla presente.
  13.  Yo soy paz, yo soy amor, yo soy luz. Esta es una lección que acogí de mi padre.

Mi mejor regalo de Día de Reyes es compartirte mis lecciones de vida. De seguro tú tienes lecciones similares o diferentes. Hoy te digo que las hagas tuyas y las asumas. ¿Quieres comer mejor? Hazlo. ¿Quieres hacer ejercicio? Hazlo. ¿Quieres cambiar algo en ti para lograr mejorar tu salud? Hazlo. Haz todo aquello que te provea bienestar y salud auténtica.

¿No sabes cómo empezar? Busca ayuda y pregunta lo que necesitas. Ese el primer paso, y créeme, es el más difícil. A veces no se nos hace fácil pedir ayuda. ¿Tienes miedo? Es normal. Todos, incluyéndome, pasamos por momentos de miedo. Miedo a lo desconocido, miedo al qué dirán, miedo a que no resulte… No se trata de que cojas el miedo y lo metas en la gaveta, aunque yo llegué a pensar eso alguna vez.

Se trata de agradecerle al miedo por estar presente, por querer cuidarte y protegerte. Se trata de decirle lo que explico en mi lección 6, que yo puedo hacerlo porque confío en mí lo suficiente para lograrlo, aún sin saber cuál será el resultado. Parece una loquera, pero no lo es. Es la confianza en ti lo que te mueve a seguir adelante y no quedarte en el estancamiento. Esa es la forma en que sigo adelante con mis metas de salud en mi Timbiriche Vida.

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